martes, mayo 30, 2006

Un cacho de cultura

Recientemente tuve la ocasión de invertir algun dinero que andaba dando vueltas por mis bolsillos para agrandar mi patrimonio cultural. A que me refiero con esto? He invertido nuevamente en cultura. Cuando a uno le dicen que alguien invirtió en cultura ¿Qué es lo primero que piensa?... "éste se compró un libro/CD/cuadrodeartistaIraníprestgioso"...ó "fué al cine a ver una de terror...".
Pues no. La respuesta es mucho mas mundana y fálica...me compré una quena. Si..una quena nueva, reluciente, nunca antes soplada. Supongo que esto traerá a su mente podrida miles de chistes relacionados con el sopleteo de quenas y demás similitudes, pero no, quiero (y merezco la oportunidad de) aclarar algo.
No es lo mismo tocar la quena que soplar la quena. He dicho.
El hecho de tocar la quena, requiere, además de la soplación propiamente necesaria, habilidades de digitación, sensibilidad artística, algo de inspiración y deseos de expresión.
Para soplar la quena sólo se necesita eso....una quena, indefectiblemente ajena, (hay distintos modelos señora, usted busque el que mas le gusta...o el que pueda conseguir) y el consentimiento ó aprobación del soplado, porque no es cuestión de andar soplándole la quena a cualquiera sin permiso (o al menos sin aviso).
He de confesar que alguna vez he sido objeto de soplación, mejores y peores, pero como dicen que no hay que quejarse mucho...uno simplemente se presta.
Por lo pronto seguiré perfecionando mis habilidades
quenísticas, tocando (¿se entiende? ¿o tengo que explicarlo de nuevo?) en forma totalmente autodidacta, si el tiempo y la esperanza me lo permiten.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

las quenas suelen prestarse a confusiones en eso del soplamiento y la tocación. POr eso no hay instrumento de viento más confiable que el fagot. Yo tengo uno y lo paso bomba bomba

lunes, junio 05, 2006 6:42:00 p. m.  

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